Está claro…en el avión. Y su tiempo libre, lo pasa en un piso a las afueras de una ciudad, compartiendo espacio con 3 tcp´s más, que obviamente son igual de forasteras que ella.
En Madrid, colonizan Barajas, Paracuellos del Jarama, Coslada, y las más cosmopolitas Ciudad Lineal o Alameda de Osuna.
En Barcelona, Castelldefels, El Prat, y Plaza de España. En Valencia, Manises, Mislata, Paterna, y Avenida del Cid. En Málaga, Torremolinos y Benalmádena…y así con todas las ciudades que tienen bases para tcps.
Ahora bien, vamos a lo que de verdad importa:
- El piso se convierte en hostal improvisado. Estadísticamente, es más probable que crew control te mantenga la programación mensual intacta, que de que las 3 tcp´s coincidan en el piso. Así que siempre queda una habitación libre para las visitas… Ahí comienzan las primeras disputas, porque generalmente por la habitación de tu compi han pasado una panda de borrachos y ella no se ha enterado. Y cuando se entera, pues claro, se lía parda.
- En casa de una azafata, casi todo proviene del avión. El avión es tu amigo. El avión es tu supermercado particular. De él obtienes coca-colas, botellas de agua, zumos, sandwiches, muffins, chocolatinas, Bombay, J&B, Arehucas, toallitas refrescantes que tendrán mil usos en casa, almohadas sin estrenar que servirán de cojines, y si me apuras hasta el papel higiénico (sí, ahora decidme que vosotras nunca habéis hecho la compra en el avión, porque yo podría dar unos cuántos nombres)
- Y lo que no proviene del avión, proviene del hotel. ¿Quién no tiene un albornoz del hotel de Bilbao? ¿Y una toallita del de Roma? ¿Y todos los jaboncitos, peines, algodones, cepillitos y limas de uñas? Que no te puedes llevar las lamparitas, que si no…
- Si eres novata y vas a compartir piso con un par de veteranos, mejor marca todas tus camisas, faldas y americanas. Te van a desaparecer del armario. Asegurado.
- Da igual lo grande que sea el piso. Siempre habrá de por medio una maleta, una bolsa de vuelo o un abrigo. No las recojas, no las guardes…da igual, se reproducen solas y volverán a aparecer en medio del salón. No les des de comer a partir de media noche. No las mojes… solo por si acaso.
Si estás buscando compañero/a de piso, no lo dudes. Pon una azafata en tu vida! Nunca están en casa y además… te saldrá la compra gratis 😉
Imagen de Steve Buissinne en Pixabay
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