Hace ya un tiempo que hablamos de lo que era una imaginaria de TCP. Como ya sabéis, una imaginaria es una guardia y dependiendo un poco de la compañía aérea para la que trabajes, puede haber dos tipos de imaginaria:
- El HSBY (Home Stand By) que es aquella guardia en la que puedes estar en casa, ir a por el pan o sacar al perro, pero debes estar disponible para presentarte en el aeropuerto en un máximo de 45 minutos si te llaman; es decir, que la compra, el perro y tirar la basura lo haces con la coleta hecha y bien maquillada (a menos que vivas cerca del aeropuerto).
- La otra imaginaria de TCP es la ASBY (airport stand by) en la que te pasas la guardia en el aeropuerto, uniformado y con el móvil en la mano para presentarte en el avión en 5 minutos. En este caso, la compañía nos proporciona una sala de descanso que además debe reunir ciertas condiciones de silencio y tranquilidad, porque puede darse el caso de que entres en la sala a las cinco de la madrugada y te pases en ella más de 8 horas hasta que salgas a volar (si es que sales), por lo que debes estar en el aeropuerto pero pudiendo descansar en una sala acondicionada para ello. Hay compañeros que hasta llevan el pijama, otras aprovechamos el descuento en duty free para ir de compras, otras se van a la peluquería…vamos que hay tiempo para todo.
Mi primera imaginaria de TCP
Las HSBY, las primeras de las que os hablaba, ya son otra cosa. Mi primera imaginaria de TCP en casa estaba programada desde las doce de la mañana hasta las ocho de la tarde. Como no estaba muy segura de si era habitual que me llamaran o no, me levanté, me duché, peiné, maquillé y a las 12 en punto me senté en el sofá de mi casa, con el uniforme puesto, el móvil pegado a la mano y la tele bajita por si llamaban. Pero no. No me llamaron, así que a las siete de la tarde, harta de pasear por casa en uniforme, me quité la coleta y me puse el pijama.
Cinco minutos después sonó el teléfono y tuve que salir corriendo. Recuerdo que dejé la cena a medio hacer y me maquillé de nuevo en el autobús.
Así que a partir de ese día aprendía a relajarme un poco con las imaginarias en casa. Estaba preparada, pero no preocupada. Y si tenía que salir lo hacia sin problema, tratando de estar en sitios en los que pudiera llegar pronto al aeropuerto. Pero nada más.
De hecho también recuerdo que en otra ocasión tuve que salir corriendo de una comunión y cambiarme en el coche. Menos mal que ese día ya iba maquillada y fui a dicho evento con un peinado que causó sensación…era “la coleta de volar”.
Lo más divertido de las imaginarias de tcp en casa, es cuando las tienes de noche o empiezan muy temprano. Te acuestas con el volumen del móvil a tope, y cuando estas en lo mejor del quinto sueño…. ¡RIIIIING! así, sin consideración alguna, a las cuatro y cuarto de la mañana. Que casi te da un infarto mientras buscas el móvil por la mesilla, tirando al suelo todo lo que hay alrededor (si tú te despiertas, tus vecinos también, no te digo….)
- ¿Si?
- TCP Arwen, te llamo de Crew Control. Estás de imaginaria y tienes que salir a volar. ¿Estabas durmiendo? _no, un martes a las 04:15 de la mañana estaba haciendo tartas…-
- Eeeh sí, sí estaba durmiendo. Pero da igual, claro. ¿Qué vuelo es? ¿A que hora tengo que estar ahí?
- As el VCE (Venecia) de las 06:30, tienes que estar aquí a las 05:15 y vas a hacer MAD/VCE/LIS/MAD/CDG y duermes en París ¿Entendido?
No, pero bueno, ya te iras enterando…supones…
- Ah vale ya voy.
- Muy bien Arwen, gracias. Que tengas un buen vuelo y ¡date prisa!
- Sí. Gracias adiós.
Y en ese momento sucede el milagro. Nadie en el mundo es capaz de explicarlo, pero increíblemente llegas a tiempo. Te pasas el camino maldiciendo a quien sea que se haya puesto mala y se haya dado de baja. Pero en el fondo sabes que esto es así: hoy por ti, mañana por mi.
Lo mejor de las imaginarias es la improvisación
Nunca sabes que te puedes encontrar a lo largo del día. Las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas, y un telefonazo a las cuatro de la mañana, pues no lo esperas nunca, aunque estés de imaginaria.
Así que llegas al avión, cuentas a tus compañeros lo que te ha pasado, te conviertes en la novedad de la mañana, y bostezas sin parar durante todo el día, digo… sonríes a todos los pasajeros cabezones que van a Venecia sin parar de recordarte a ti misma por qué te encanta tu trabajo.
Así que cuando tengáis imaginaria, tranquilos. Las imaginarias son así, como una caja de bombones…¡nunca sabes lo que te va a tocar!