Tendemos a eliminar el factor humano, a cambiar personas por máquinas. Eliminamos puestos de empleo y sustituimos a los trabajadores por máquinas de cobro automáticas en peajes, de check-in en aeropuertos, por validadores de billetes en estaciones de metro, de bus y de tren. Por contestadores automáticos. Chips, lectores de código, ordenadores, pilotos automáticos y hasta aspiradoras que aspiran solas.
Muchas de estas cosas nos han facilitado la vida. La robótica de salvamento, la quirúrgica, la informática en general. Nos roban menos tiempo, menos esfuerzo físico e intelectual. Es bueno. Nos gusta. Todos estamos de acuerdo. Pero ¿quién de vosotros no ha sufrido esto en alguna ocasión?
Cómo nos afecta la eliminación del factor humano
- Bienvenido a Internetfón Para temas comerciales diga “comercial” o pulse 1, para averías diga “averías” o pulse 2, para…
- Averías
- Lo siento, no le he entendido. Para temas comerciales diga “comercial” o pulse 1, para averías diga “averías”…
- (pulsas el 2)
- Para problemas con internet pulse 1 o diga “internet”, para problemas con el teléfono pulse 2 o diga “teléfono”, para problemas con la televisión pulse 3 o diga “televisión”…
- Internet
- Lo siento, no le he entendido. Le repito el menú: Para problemas con internet pulse 1 o diga “internet”, para problemas…
- ¿Cómo que no me has entendido? No hay más opciones, no hay palabras parecidas a “internet”.
- Sigo sin entenderle. Le repito el menú: para problemas con internet pulse 1 o diga “internet”, para problemas…
- (pulsas 1)
- Diga brevemente qué problema tiene con internet.
- No tengo conexión en mi portátil. Wifi no funciona.
- Lo siento, no le he entendido. Diga brevemente qué problema tiene con internet.
- No puedo conectarme a internet.
- Lo siento, no le he entendido. Por favor, diga brevemente qué problema tiene con internet.
- ¡NO TENGO CONEXIÓN! ¡NO ME PUEDO CONECTAR A INTERNET!
- Lo siento, no le he entendido. No se retire, le paso con un comercial.
Que sí, que está muy bien, pero que si ya sabemos que nos desesperamos muchas veces con los teleoperadores, ¿qué necesidad tenemos de que nos desespere previamente la máquina?
El otro día comentaba con un par de personas que aunque estoy totalmente a favor de la tecnología y el progreso, a veces echo de menos que el revisor me pida el ticket en el tren. Echo de menos el “Cincuenta céntimos. Gracias. Hasta luego, buenas tardes” de la chica de la caseta del peaje o el “con azúcar o sacarina” del chiringuito en el que ahora hay una máquina expendedora de café y panchitos.
Y hoy por hoy… ¿podríamos prescindir del TCP en el avión?
No. Pero no porque no, sino no porque mientras haya pasajeros cabezones que pongan en peligro la seguridad del vuelo, no se puede prescindir del TCP. Podemos prescindir del servicio a bordo y cambiar el carro de los zumos y el café por una máquina expendedora. Podemos prescindir de alguien que nos ayude a buscar sitio para la maleta, pero no podemos prescindir de lo que hace una azafata de vuelo o del tcp para que coordine la evacuación del los pasajeros del avión. Y no podemos, porque si no somos capaces de mantener el orden en la cola del supermercado, no podemos salir de un avión en llamas, en menos de 90 segundos, sin aplastar cabezas antes de llegar a la salida.
No podemos. Esto es lo que hace una azafata de vuelo por ti.
Porque si no sois capaces de seguir unas ordenes básicas como “apaguen el teléfono móvil”, tampoco esperamos que sigais el procedimiento de amaraje o que hinchéis el chaleco fuera del avión.
Porque no confiamos en vosotros; porque fumáis en el lavabo y si no estamos detrás a la mínima sospecha, prendéis fuego al avión a lo bonzo. Porque si supierais dónde está el hacha para poder separar paneles en caso de necesitarlo, siempre habría algún iluminado que se hiciera una foto con ella al estilo Hatchet.
Porque no habría nadie para chequear a última hora del día ni a primera de la mañana, ni cada quince minutos, ni en cada escala, que los extintores están en la zona verde, que las botellas de oxígeno siguen ahí, que la smoke hood está precintada y con el color adecuado.
No se puede prescindir del TCP porque dejáis maletas en el pasillo de la salida de emergencia y siempre intentaríais abrir la puerta del avión aunque estéis en medio del océano. Porque no, no siempre hay una médica o un enfermero o un ATS en el avión, y la mayor parte de vosotros no tenéis ni idea de qué hacer en caso de hipoxia, algo que no pasa a diario, pero sí frecuentemente.
Un avión no es un autobús
Un avión, por mucho que se empeñen en compararlo algunas personas, no es un autobús. En un autobús no existe la despresurización lenta, ni los barotraumas. Probablemente, si se prende fuego la papelera del bus y pasa a las cortinillas, el conductor tenga tiempo para parar reducir la marcha, parar en el arcén y que sus cincuenta pasajeros se bajen del vehículo sin que pase nada más. No es lo mismo estrellar un autobús contra la puerta del Parlamento, que estrellar un avión contra el Empire State, así que no es lo mismo tratar de que el terrorista de turno no entre en cockpit, que tratar de que el atracador no se lleve la recaudación del busero.
Así que ya sabéis. Podéis pedir máquinas de autoventa, pero mientras haya traserillos que rescatar, habrá un tcp.
Featured image: Iakovenko